Bienvenido al refugio de los agobiados por el trabajo enajenante

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27/6/11

Tierramor, ejemplo de granja autosustentable

Labores en la parcela de Tierramor, en Erongarícuaro, Michoacán

Hay casos que hacen válido el lema “es posible vivir de otra manera”. Uno de ellos es Tierramor, una empresa familiar inspiradora para quienes pretendemos asumir la permacultura como modo de vida.

Los fundadores de Tierramor comenzaron su labor en 1999. A la fecha esta pequeña granja, situada en el poblado de Erongarícuaro, Michoacán, en la ribera del lago de Pátzcuaro, constituye uno de los espacios permaculturales más sólidos en México. Sus creadores no se han quedado en el disfrute vanidoso e individualista de lo logrado con tanto trabajo, sino que lo comparten de manera generosa, haciendo una labor social trascendente.

Los fundadores de Tierramor, Marina Ortiz y Holger Hieronimi, entre cuyos frutos se cuentan tres hijos criados bajo los principios éticos y ecológicos de la permacultura, explican en su sitio web (www.tierramor.org):

“Nuestro trabajo es una fusión de conocimientos y experiencias adquiridas en el ecodesarrollo y las terapias alternativas durante más de 20 años. Es una búsqueda para vivir regenerando los ecosistemas y restableciendo las conexiones vitales, de las cuales todos dependemos para sobrevivir , en lo ecológico, social, emocional y espiritual. Nos guía, como el nombre sugiere, el amor y el respeto hacia la madre tierra y todas las expresiones de vida en ella”.

Aparte de construir con sus propias manos su casa, con adobe y otros materiales ecológicos, han desarrollado el huerto donde obtienen los vegetales, e imparten talleres, cursos y seminarios, donde abordan: desde ecología profunda, terapia floral de Bach, hasta aspectos prácticos de la vida en las granjas ecológicas y en las ecoaldeas.

Con base en esas experiencias han reunido una extensa documentación escrita, fotográfica y en video acerca de temas de gran interés, como: la agricultura orgánica y regenerativa en parcelas ejidales, una experiencia familiar. Construcción de dos cisternas de ferrocemento artesanal (fotogalería con explicación del proceso).

Hortalizas escolares ecológicas, cómo producir nuestros alimentos. Agricultura orgánica campesina, proyecto de agricultura orgánica en tierras ejidales del pueblo de Arocutín, Michoacán (galería fotográfica). Proyecto de hortaliza escolar en el Centro Educativo Pátzcuaro. Han impartido cursos y talleres de diseño integrado y permacultura.

También cuentan con la memoria del proceso de establecimiento de la mini granja familiar, que incluye conocimientos prácticos sobre sanitarios secos y composteros, reunidos durante más de 15 años utilizando sanitarios que funcionan sin agua. Al respecto describen cuatro modelos de sanitarios secos y composteros y experiencias en su construcción y manejo.

Otros documentos que han generado son: manejo sustentable del agua en casas familiares en zonas rurales de México. Proyecto de hortalizas comunitarias y permacultura en la ecoaldea Huehuecóyotl. Paisajes comestibles huertos y hortalizas caseras.

A todo este material se puede acceder en el sitio web de Tierramor, referido líneas arriba.

12/6/11

Cucarachas

En lugares con clima templado, como del que provengo, las cucarachas son relativamente escasas, y su presencia en una vivienda suele interpretarse como falta de higiene de sus habitantes. Ahí miden unos dos centímetros las más grandes. Pero en el trópico, como aquí en Veracruz, las cucarachas adultas miden normalmente seis o siete centímetros y lo invaden todo, por lo que se acostumbra uno a verlas hasta en lugares limpios.

Leí que en inglés cucaracha se escribe cockroach; al parecer es una onomatopeya del sonido que producen al aplastarlas. Efectivamente, las grandes y gordas más o menos así suenan, y me producen asco, por lo que evito acabar con ellas de esa manera, como lo hace la mayoría de la gente aquí. Confieso que en esta ciudad he desarrollado una manía: cuando veo cucarachas siento como si me recorrieran el cuerpo y empiezo a revisarme si no se me subió alguna, como dos o tres veces me ha pasado, y siento el cosquilleo de sus patas varios minutos después de aventarla lejos.

Parece que adivinan mi aversión por ellas y se presentan a la menor oportunidad. Hace unos días vi una en mi negocio, tomé la escoba para batearla hacia afuera y se metió detrás de un mueble. Iracundo, olvidando mis pretensiones ecologistas tomé un bote de insecticida en spray y rocié el lugar en abundancia. De inmediato salieron del mismo rincón más de 20 ejemplares de las más grandes. Traté de conservar la calma frente a la estampida, pues en ese momento entraba una clienta a comprar algo; la recibí aparentando normalidad, y en eso sentí la sensación de unas patas de cucaracha en la parte trasera del cuello. Pensé que era mi imaginación pero no, ¡sí era una cucaracha, gorda, con las alas abiertas! Al sentir mi mano salió volando hacia la clienta, que sólo se hizo a un lado y evadió al insecto con naturalidad.

Cuando salió la clienta, tomé la escoba, aplasté a cuanta cucaracha encontré en mi camino y las eché en una bolsa con ayuda de un recogedor. El resto del día sentí patas del bicho que me recorrían todo el cuerpo. Tal vez fue mi castigo por el cucarachicidio que cometí. Luego me puse a investigar acerca de este insecto, para racionalizar mi idea acerca de él y evitar que mi obsesión se convierta en fobia, lo cual sería una desgracia, pues en Veracruz cucarachas hay hasta en la sopa.

Leí acerca de su gran capacidad de sobrevivencia, que probablemente las haría los últimos seres vivos en la tierra después de una catástrofe nuclear; que tienen millones de años de adaptación, que son los insectos más longevos, algunas especies, como la rinoceronte, la más grande (15 centímetros) viven hasta diez años. La velocidad que desarrollan corriendo, equivale a 300 km/h en el hombre. También, que es muy difícil acabar con ellas; hay mil métodos, pero ninguno cien por ciento efectivo. Y menos mal, porque, como todos los seres de la naturaleza, las cucarachas cumplen una función en el ciclo de la vida. Consumen desperdicios y a su vez son alimento de aves, roedores, e inclusive de personas en algunos países. Es un error pensar en exterminarlas, si bien debe evitarse que se conviertan en plaga. Hay maneras de hacerlo sin dañar el medio ambiente con insecticidas químicos. Leí al respecto acerca del “método budista” (en el sentido de que no se mata intencionadamente a las cucarachas, sino que éstas simplemente se mueren): consiste en hacer una pasta mezclando leche con dos cucharadas colmadas de bicarbonato de sodio, cuatro o cinco partes de harina de trigo y una parte de azúcar. A continuación se hacen pequeñas bolas y se introducen en los lugares donde se cree que merodean las cucarachas. Como éstas no pueden eliminar el CO2 de su estómago, al consumirlo, explotan por acumulación de gases.



Fuente: http://entomoblog.net/101-cosas-cucarachas-i.html

11/6/11

Gotitas de agua*

Para Joaquín y Aarón en especial

La educación ambiental, como todo tipo de educación, debe tener como sus objetivos principales a los niños, como los futuros guardianes de nuestro planeta, para que sean mejores guardianes que los actuales; y qué mejor medio para despertar su amor por los elementos de la naturaleza que la poesía, que es el lenguaje infantil por excelencia.
El editor








Por Luis Manuel


Unas gotitas muy curiosas

querían la Tierra conocer,

pidieron ayuda al viento

para que las hiciera descender.

El viento les dice amistoso:

- Muy juntas os debéis poner,

para que forméis gotas de lluvia

y a la Tierra podáis caer.

Sobre la hierba verde del campo

en forma de lluvia han caído,

unas gotas refrescan las plantas

y otras gotas se unen al río.

El agua avanza contenta

siguiendo su largo camino,

regando a derecha e izquierda

las dos orillas del río.

Y al llegar al ancho mar,

después de un largo recorrido

cansadas ya de tanto viajar,

piensan en su nube con cariño.

- Amigo, amigo Sol,

calienta, calienta un poquito,

que estamos cansadas del viaje

y queremos subirnos contigo.

Suben las gotas contentas

porque el sol las está calentando

y, convertidas de nuevo en vapor,

una nube nueva están formando.


*Tomado de Menudos Peques: www.menudospeques.net/recursos-infantiles/poesias/poesias-medio-ambiente/poema-del-arbol

9/6/11

El extraño caso de la bolsa extraviada



Veracruz, Ver., junio de 2011.- En días pasados Ale y yo protagonizamos una aventura que podría formar parte de una de esas películas mexicanas llenas de humor y absurdo involuntario. Todo comenzó con la brillante idea de rentar un lugar en la feria ganadera de Ilang Ilang, que desde hace más de 40 años se realiza en el puerto con mucho éxito, aunque en los últimos tiempos ha decaído, según dice la gente, debido a balaceras y otros hechos de violencia ocurridos aquí, como en todo el país desde que llegó al gobierno Felipe Calderón y declaró la guerra al narcotráfico.

El hecho es que luego de recorrer la feria vimos que había posibilidad de vender la joyería en “oro laminado” que ya tenemos en nuestro negocio establecido. Acudimos a la administración y después de una larga antesala nos recibió la jefa de la oficina: mariafelix, tal como lo pronuncia la gente, para diferenciar el homónimo tan fuerte de María Félix. No obstante lo ocupada y demandada que estaba, mariafelix nos recibió con amabilidad y nos ofreció un descuento de 500 pesos, dado que ya había empezado la feria, con lo cual el monto de la renta por los 14 días restantes quedaba en $7500. Luego nos acompañó en persona a nuestro stand, que según dijo estaba estratégicamente ubicado. En realidad era un pedazo de suelo de 3x3, delimitado de los puestos vecinos por láminas, pero sin nada en el frente ni atrás, “listo para instalarle la luz” (por nuestra cuenta).

Al otro día compré ocho metros de hule negro, que sería nuestra protección al cerrar el stand, cable, focos y demás material necesario, y por la noche ya estábamos instalados ofreciendo nuestra mercancía, aunque el alumbrado no era el ideal, por lo improvisado de nuestra asistencia a la ganadera.


Vendimos algo, y a la media noche, ya rendidos por todo el día de trabajo en el negocio establecido y en el puesto en la feria, nos dispusimos a guardar la mercancía. Terminamos una hora después, molidos por el esfuerzo extra. Cargamos las bolsas y mochilas con la mercancía y más adelante me di cuenta que faltaba una bolsa. Regresamos; indagando, la vecina del lado derecho, una yucateca que vendía ropa típica de su región, nos informó que ella había visto que el señor que ofrecía toques había tomado una bolsa negra que estaba olvidada y se la llevó.

Tras buscar en los alrededores por fin apareció el toques. Explicó que, efectivamente vio la bolsa olvidada, la tomó “para buscar al dueño” pero fue visto por un policía, quien lo condujo ante su superior, “un comandante” a juzgar por las insignias que portaba en las hombreras de su uniforme. El jefe lo interrogó, tomó sus datos y le dijo que podía retirarse, luego de decomisarle la bolsa. Fuimos entonces al puesto de control de la policía, donde referimos lo ocurrido. Nos preguntaron nombre, ocupación, domicilio, edad y qué contenía la bolsa. Dijimos que era “bisutería fina”, para evitar ambiciones, e hicimos énfasis en que tenía apariencia de oro pero en realidad tenía muy poco valor en el mercado.

El toques repitió que vio la bolsa, al no ver al dueño la levantó, cuando fue visto por el policía que lo llevó con su jefe. Agregó que los uniformados portaban armas de fuego, lo que hizo concluir a los policías municipales que se trataba de policías de otros municipios o estatales, que llegaron para reforzar la vigilancia de la feria.

Para despejar dudas, el comandante mandó llamar a todos los hombres a su mando para ver si el toques identificaba al que lo había detenido y al que se quedó con la bolsa. Se formaron sin orden altos, bajos, gordos, flacos, morenos, blancos, somnolientos, vivarachos, con o sin bigote, cachetones, chupados, avispados, zonsos, sin que el toques identificara a los susodichos.

El comandante –quien era el más chaparrito de todos- ordenó a sus hombres romper filas, e indignado por que pudiera quedar en duda la honestidad de “su gente” dispuso que los uniformados, con el toques a la cabeza, buscaran a los policías entre los otros agrupamientos desplegados por toda la feria. Con los afectados (o sea, nosotros) a la retaguardia, comenzó un recorrido por todo el terreno que la Asociación Ganadera destina para la feria, calculé de unas dos hectáreas. En dos o tres puestos de vigilancia se repitió la escena: al oír la historia, el comandante del grupo ordenaba a sus hombres formarse ante el toques, quien luego de pasar revista concluía que no estaban ahí los que decomisaron la bolsa.

Alrededor de las tres de la madrugada llegamos al último punto que faltaba por revisar: un terreno totalmente oscuro donde policías estatales habían improvisado un campamento para dormir, ya fuera sobre el piso o dentro de sus patrullas. Si los uniformados que describía el toques traían armas, era muy probable que ahí se encontraran, explicó el comandante municipal de Veracruz, ya que ese lugar era el destinado a los policías estatales, los únicos autorizados para portar armas de fuego.

Tras oír la historia, el comandante del grupo dio la orden de formarse, de manera que empezaron a salir de sus patrullas unos, otros se levantaban del suelo, todos somnolientos, despeinados y despistados. Ya formados sólo se veían sombras de diferentes estaturas, aun cuando prendieron un reflector que deslumbraba en lugar de ayudar a ver mejor. Enojado al oír lo de las insignias en las hombreras, lo que lo hacía sospechoso, el comandante de ese grupo amenazó al toques con demandarlo ante el ministerio público, donde tendría que sostener lo dicho. Intimidado, el toques dijo que no distinguía entre las sombras a los buscados. Entonces se acordó regresar a las ocho de la mañana, que es cuando los uniformados comienzan sus labores, para volver a pasar revista.

Regresamos a la hora convenida, pero el toques no apareció, ni los policías municipales de Veracruz y su comandante, por cambio de turno. Sólo estaban los estatales, que estaban comisionados ahí de fijo durante la feria. El comandante, alto, blanco, con insignias en los hombros, como lo describía el toques, nos aseguró que haría todo lo posible por aclarar el caso, pues él sabía cómo tratar a sus hombres y hacerlos decir la verdad.

Nos pidió un número de teléfono. Le dejamos el número de Ale y fuimos a desayunar a un restaurante cercano. No mucho tiempo después sonó el celular. Era el comandante. Quería platicar. Le dijimos dónde estábamos, llegó poco después, con algo envuelto en un periódico. Era parte de la mercancía que venía en la bolsa extraviada. Nos hizo firmar un papel “de conformidad” con lo recibido, donde nos desistíamos de levantar un acta ante el ministerio público.

Así, a la mexicana, se resolvió el extraño caso de la bolsa extraviada.

 

3/6/11

Tip


Sin duda en México es difícil proveerse de alimentos y artículos domésticos que cumplan los requerimientos para tener una alimentación sana y obtener los satisfactores de higiene en casa, sin dañar el medio ambiente.
Si bien en los mercados populares es posible adquirir alimentos directamente de productores, esos centros de abasto están amenazados por la fuerte competencia de tiendas como Walmart, Chedraui y Soriana, que pueden bajar precios por medio de acaparar lotes o cosechas enteras de determinado producto, o importar otros de dudosa procedencia, sobre todo en cuanto a su posible origen transgénico, lo que permite a esas tiendas bajar los precios, a costa de la calidad alimentaria y ecológica de esos bienes.

Frente a lo anterior, por fortuna existen empresas que garantizan la calidad orgánica y ecológica de los productos que distribuyen -mismos que están certificados por las autoridades en la materia-, al mismo tiempo que promueven el comercio justo.

Una de esas empresas es la denominada Aires de campo (www.airesdecampo.com.mx), que pone a disposición su sistema de comercialización vía internet, entre muchos otros productos, de aceites y vinagres, cereales y harinas, tortillas, botanas, bebidas, carnes, shampoo, jabones, cremas y otros productos de cuidado personal, endulzantes, lácteos, vegetales frescos y artículos de limpieza biodegradables.

El autor

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Localidad: Tierra, Región: Vía Láctea, Mexico
Pasante de la universidad de la vida, realiza estudios en ocio creativo y aplanado de calles y caminos con maestros como el profesor emérito Papirolas, el artista callejero Llanero Solitito y el padre Chinchachoma, protector de los niños de la calle. También le han dejado grandes enseñanzas los trotamundos argentinos denominados crotos en honor al gobernante de apellido Crotto, que permitió a los vagabundos viajar en los trenes sin pagar boleto. Los crotos proponen para mejorar la sociedad, entre otras cosas, volver al trueque, lograr que el trabajo sea creativo y edificante para los individuos, caminar o utilizar vehículos que no contaminan, como la bicicleta; en vez de vivir para acumular, traer a cuestas únicamente lo que se pueda cargar en una mochila; en síntesis, sustituir el ser por el tener. En su formación también ha recibido influencia de los anarquistas y socialistas utópicos, de los beatniks estadunidenses como Jack Kerouac, de los jipis promotores del amor y la paz, y de trovadores como José Alfredo Jiménez, Bob Dylan, Chavela Vargas, Rockdrigo González, Joaquín Sabina y José Cruz.

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