Es una fusión jarocha de Pito Pérez y Chin Chin el teporocho. Podría tener 50 o 70 años, pero, por una extraña razón resiste el sol, el aire y la lluvia más que cualquier joven. Mide no más de 1.50, trae el pelo enmarañado y una barba crecida en desorden como hierba silvestre. Siempre trae short y sandalias. Por su olor y costras de mugre en la piel parece que nunca se ha bañado.
Su desayuno, comida y cena es una botellita del mezcal más barato, del Oxxo, intercalado con algún alimento que le regalan en la taquería cercana. Empecé a tener trato con él porque se sentaba en la banqueta, afuera de la casa que recién alquilé. Antes de mudarme, durante dos o tres días estuve pintando las paredes con la puerta abierta para soportar el calor, acompañado de mi viejo radio; en tanto, él permanecía sentado en el escalón de la entrada oyendo la música. Cuando reconocía alguna canción de antaño que algo le recordaba, comenzaba a seguirla con su voz aguardientosa de Louis Armstrong, y hasta dejaba salir una que otra lágrima sin pudor, mientras se le quebraba la voz de sentimiento.
Entre plática y plática decía incoherencias como:
-Entonces qué pariente, tú eres de los Uscanga? Yo le decía que sí, por seguirle la corriente.
Después, por medio de correspondencia que llega a la casa, me enteré que ahí vivió otro inquilino con ese apellido.
Desde entonces, cada que nos encontramos intercambiamos el saludo:
-¡Qué pasó pariente!
Y enseguida, nada tonto, el pariente me pide para su botellita de mezcal.
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El autor
- Croto
- Localidad: Tierra, Región: Vía Láctea, Mexico
- Pasante de la universidad de la vida, realiza estudios en ocio creativo y aplanado de calles y caminos con maestros como el profesor emérito Papirolas, el artista callejero Llanero Solitito y el padre Chinchachoma, protector de los niños de la calle. También le han dejado grandes enseñanzas los trotamundos argentinos denominados crotos en honor al gobernante de apellido Crotto, que permitió a los vagabundos viajar en los trenes sin pagar boleto. Los crotos proponen para mejorar la sociedad, entre otras cosas, volver al trueque, lograr que el trabajo sea creativo y edificante para los individuos, caminar o utilizar vehículos que no contaminan, como la bicicleta; en vez de vivir para acumular, traer a cuestas únicamente lo que se pueda cargar en una mochila; en síntesis, sustituir el ser por el tener. En su formación también ha recibido influencia de los anarquistas y socialistas utópicos, de los beatniks estadunidenses como Jack Kerouac, de los jipis promotores del amor y la paz, y de trovadores como José Alfredo Jiménez, Bob Dylan, Chavela Vargas, Rockdrigo González, Joaquín Sabina y José Cruz.
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