La poeta se ha cansado
de conocer lo vedado,
de injertar nombres y plantas,
de guardar silencio ante el silencio.
La acosa
la vida, la luz risueña.
No siente, que sus versos se tienden bajo su cuerpo
para amortiguar su angustia.
Y afanosa,
La familiar felicidad,
junto a la cama, fiel aguarda.
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